Seguimos nuestro repaso con los intentos por hacer una tercera parte que nunca cuajaron. Muchas curiosidades mientras esperamos al remake de Paul Feig que ya se está rodando y llegará el próximo año:
– La historia de la inexistente tercera parte es larga y tumultuosa como pocas continuaciones que se hayan planeado alguna vez. Para empezar, el con trato original de 1983 establecía que todas las partes interesadas (a saber, Columbia Pictures, Ivan Reitman, Dan Aykroyd, Harold Ramis y Bill Murray) tendrían que dar su visto bueno en el caso de que se quisieran hacer más películas. Con que uno de ellos no aprobara el proyecto, quedaría anulado. Tras la mala recepción de la segunda parte, nadie quería hablar de más filmes y la posibilidad de que hubiera una tercera entrega se diluyó durante los primeros años.
– En los 90 Aykroyd y Ramis escribieron Ghostbusters: Hellbent, una película más enfocada hacia la parte fantástica que las anteriores. En esta nueva vuelta de tuerca, Aykroyd presenta un mundo en el que los cazafantasmas son una gran corporación con docenas de empleados y una flota de ectomóbiles (de hecho, una de las primeras escenas homenajearía el plano en el que el Ecto-1 cruza el puente de Brooklyn, sólo que aquí veríamos docenas de vehículos). Incluso disponen de nuevas versiones como el Ecto-12 o el Ecto-50, un camión modificado con su propia Unidad de Confinamiento.
– En la década de los 2000, el protagonista de Mi novia es una extraterrestre siguió con sus infructuosos intentos de relanzar la franquicia con una tercera parte, de nuevo sin éxito. El principal problema esta vez, más que el estudio, era Bill Murray y su indecisión. Para Sony era fundamental que el alma de los cazafantasmas participase, pero Bill nunca fue amante de las secuelas y menos de las de esta saga tras la decepcionante segunda parte. En ocasiones rechazaba participar, otras argumentaba que sólo participaría si mataban a su personaje al principio, otras que no le importaría hacer un cameo como fantasma.
– En 2009 Sony contrató a los guionistas Gene Stupnitsky y Lee Eisenberg (responsables de la comedia Año Uno, dirigida por Ramis) para escribir un guión en el que, una vez más, se cedía protagonismo a una nueva generación de cazafantasmas. Dan hablaba entusiasmado de este nuevo grupo: «Habrá una nueva generación a la que hay que entrenar y una líder que os encantará en cuanto la conozcáis. Habrá docenas de cadetes, chicos y chicas, que aprenderán a usar el separador neuronal o el interceptor interplanetario, nuevos aparatos con los que pueden viajar de dimensión en dimensión”. Incluso anunció el estreno para las navidades de 2012. Las malas lenguas dicen que Murray, tras leer el guión, lo hizo trizas y se lo envió a Aykroyd y Ramis con una nota que decía: “Nadie quiere ver a unos viejos gordos persiguiendo fantasmas”.
– Tras Año Uno el guión de Stupnisky y Eisenberg se desechó y se empezó a trabajar en un nuevo argumento a cargo de Ethan Cohen (responsable de Tropic Thunder o Men in Black III) bajo la supervisión de Ivan Reitman, que volvería como director. En esta nueva trama, el protagonismo recae sobre cuatro estudiantes de Columbia que participan en un experimento de física de partículas. Las investigaciones desencadenan una ruptura en los cuatro planos de la existencia, un problema que sólo un nuevo grupo de cazafantasmas puede resolver. Tras el fallecimiento de Harold Ramis en febrero de 2014, Reitman abandonó la dirección, pero quiso seguir participando como productor. Aunque la muerte de “Egon” podría haber puesto punto y final al proyecto, el estudio aseguró que seguía adelante (hasta se habló de un cameo del fantasma de Spengler), con vistas a empezar a rodar a comienzos de 2015. Nunca siguió adelante.
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