Cementerio de escenas

Trabajar en el segundo número de Back to the Culture ha sido un auténtico placer. Sin embargo, teníamos tanto material preparado sobre Los Cazafantasmas, que no todo pudo entrar en el ejemplar físico. Dado que está repleto de anecdotas y curiosidades fascinantes, nos gustaría compartirlo con vosotros para que no caiga en el olvido. Comienza aquí una selección de artículos que llamaremos «cementerio de escenas», dedicadas a estos fragmentos de texto «perdidos».

El primero de ellos formaba parte de la sección «Ediciones» y estaba dedicado a las escenas eliminadas. Esas escenas jamás vistas que en algún punto formaron parte de las dos películas antes de que Reitman sacara la tijera. ¡Que lo disfrutéis!

«Algunas ediciones incluyen una selección de escenas eliminadas del montaje de ambas películas. Son momentos que en la mayoría de los casos redundan o resultan innecesarios para disfrutar del filme, aunque algunos llaman la atención y es interesante recordarlos.

deleted_01En Los Cazafantasmas hay varios. “Recién casados” trata sobre un matrimonio que pasa su luna de miel en el Hotel Sedgewick cuando de repente Moquete hace de las suyas en su baño. La pareja llama aterrorizada a recepción para que les ayuden, motivo por el que el supervisor llama a los cazafantasmas para que vayan al hotel y arreglen el problema. En “Vagabundos”, Aykroyd y Murray interpretan a dos mendigos que discuten de cosas aleatorias por la calle, cuando Tully les golpea en su huida de Vinz Clortho. En otra escena en la que Louis ya está poseído, el Maestro de las Llaves atraviesa un puente en Central Park, donde una banda de matones se interpone en su camino. Los delincuentes intentan robarle y salen despavoridos cuando Tully les lanza un chorro de luz por los ojos y la boca.

“Ocupado” profundiza un poco más en la relación entre Egon y Janine. Justo antes del enfrentamiento con Gozer, la secretaria le entrega a Spengler su moneda de la suerte y le abraza con cariño porque teme que vaya a morir (hasta que aparece Venkman y la increpa: “Janine, ¿es que tu madre no te dijo que no te liaras con un cazafantasmas? Vete a casa”). En otra, justo después de la explosión de Mr. Stay Puft Marshmallow Man, el gorrito del monstruoso dulce cae sobre los ciudadanos congregados a los pies del edificio.

deleted_02Quizá la escena más llamativa de todas (nunca incluida en ninguna edición) sea la del “Fuerte Detmerring”, una pequeña aventura protagonizada por Ray y Winston. Mientras Venkman y Spengler están entretenidos con sus citas y experimentos, los dos cazafantasmas viajan al antiguo fuerte reconvertido en atracción turística para investigar unas supuestas apariciones. Mientras Zeddemore busca en la armería, Stanz baja a la zona de exposiciones. Aburrido de no encontrar nada, fantasea con haber sido un general durante la guerra civil americana (se disfraza y todo, quitándole el uniforme a un maniquí) y después se echa una siesta en una cama cercana. Cuando despierta se encuentra a una hermosa fantasma flotando sobre él, que inicia una espectral relación sexual bajándole los pantalones. Winston, que está fumando cerca, entra en la sala para averiguar por qué Ray emite extraños gemidos y éste le grita para que salga enseguida. Al día siguiente, ambos vuelven a Nueva York (la escena de la conversación religiosa en el Ecto-1). Una pequeña porción de esta escena se incluyó en la película a modo de guiño, como un sueño húmedo que tiene Ray entre trabajo y trabajo.

Los Cazafantasmas II también tuvo su ración de material descartado. En “El Maleficio de Dana”, Barrett se pregunta si tiene algún tipo de magnetismo hacia lo sobrenatural mientras Egon, Peter y Ray, investigan en la calle (un intento de justificar por qué siempre le pasan cosas a ella). La influencia maligna de Vigo sobre Ray también va un poco más allá. Justo después de su primera visita en el Museo, el personaje interpretado por Dan Aykroyd se pone al volante del Ecto-1 de vuelta a la sede central. De algún modo el cuadro le ha afectado, enloqueciéndole para que conduzca el coche sin control e intente atropellar a los peatones. Por suerte, Winston consigue hacerse con la situación justo antes de que se estrellen contra un árbol. Al final no hay que lamentar daños y Ray recupera la conciencia sin recordar nada de lo ocurrido.

latestOtra escena introducía al primo de Louis, Sherman Tully (interpretado por el cómico Eugene Levy), clave para sacarlos del manicomio a cambio de dar una vuelta en el ectomóvil, algo que no conseguiría. “Jack lo compra” se sitúa hacia el final, cuando los cazafantasmas piensan en cómo atravesar la masa rosa que rodea el museo. El odioso Hardemeyer, ofuscado por los acontecimientos, intenta pasar a través de ella a golpes y muere casi al instante, siendo consumido ante la atónita mirada del alcalde Lenny y los protagonistas (en la versión cinematográfica vive, celebrando la victoria final junto a los neoyorkinos).

La más interesante sería la subtrama protagonizada por Louis Tully y Moquete, llamada “El secreto de Louis”. El contable, molesto con Moquete por comerse su merienda y deseoso de convertirse en un cazafantasmas, inicia una misión en secreto: atrapar al engendro verde sea como sea. A partir de ahí se suceden varias escenas en las oficinas, en las que intenta cogerle poniéndole comida de cebo o disparándole con uno de los packs de protones de repuesto. Por desgracia nunca tiene éxito debido a su torpeza. Louis le tiene tirria al fantasma glotón, pero al final ambos acaban congeniando y se hacen amigos.»

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